La vida en un minuto
José Antonio Lucero
Cualquier vida puede cambiar en un minuto
En el invierno de 1943, Madrid se despereza entre las ruinas de la guerra. En los suburbios de la ciudad, Daniel esconde su verdadera identidad y, con ella, su pasado en el conflicto. En el otro Madrid, el de los cafés de tertulia y los escaparates de la calle Serrano, Julita empieza estudiar letras en la universidad y siente la necesidad de separarse del futuro que su familia siempre había prefijado para ella.
El minuto que tardan dos trenes en chocar
Unidos por la fuerza del destino, los dos jóvenes coincidirán en un largo viaje en el expreso desde Madrid hasta La Coruña, huyendo de lo que otros han planeado para ellos. Allí se conocerán y verán nacer su complicidad, sin saber que el tren está abocado a una catástrofe que cambiará sus vidas para siempre.
El minuto que tardan dos miradas en cruzarse
La vida en un minuto rescata un episodio tristemente desconocido de la posguerra, la tragedia de un choque ferroviario que se saldó con cientos de víctimas y que fue silenciado por la prensa del régimen franquista. Lo hace para mostrarnos que el amor y la vida, a veces, pueden nacer entre los escombros.
La vida en un minuto, de José Antonio Lucero
Editorial: Ediciones B (Grupo Penguin Random House)
Fecha de publicación: 04 de febrero de 2021
ISBN: 978-8466667913
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¿Qué ocurrió el 3 de enero de 1944?
El correo-expreso partió de Madrid con destino A Coruña a las 20:30 del 2 de enero de 1944. A las 13:20 llegó al pequeño pueblo de Torre del Bierzo, en León, y abordó el túnel nº 20...
El mayor accidente ferroviario en España
El 3 de enero de 1944, a la altura del pueblo minero de Torre del Bierzo, y dentro de un angosto túnel, el tren correo-expreso procedente de Madrid perdía sus frenos y chocaba con una pequeña locomotora de maniobras. Algunos minutos después, un tren carbonero, que venía en sentido contrario, colisionaba con ambos trenes y desencadenaba un infierno dentro del túnel nº 20, en el que cientos de pasajeros quedaron atrapados.
Silenciado por el régimen franquista
A pesar de la tragedia, el balance de víctimas y las causas reales del accidente nunca salieron del todo a la luz hasta mucho tiempo después. Para evitar el impacto social que habría producido el accidente, el férreo control de la dictadura y la prensa de la época minimizaron la catástrofe. Para ello, se intentó inculpar al maquinista y al fogonero del tren correo, supervivientes del accidente, que, a pesar de que los atestados de RENFE demostraron que hicieron cuanto pudieron por evitar el accidente, fueron encarcelados y juzgados por un Tribunal de Guerra.
